30 marzo, 2014

Sombra de los días a venir

                                             
 


Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración de un animal que sueña.


                                Alejandra Pizarnik 


Trazar luz como los caminos trazan estrellas, ser trasmutación de luz en movimiento, disolución como el aliento que ya no se atreve a pensarte o el suspiro que cae denso como roca en el agua y deja tras de si una estela que se desvanece como tinta no escrita, verso con temor soñado.  L'l


21 marzo, 2014

Niña, sólo niña...


Niña

Nombras el árbol, niña.
Y el árbol crece, lento y pleno,
anegando los aires,
verde deslumbramiento,
hasta volvernos verde la mirada.

Nombras el cielo, niña.
Y el cielo azul, la nube blanca,
la luz de la mañana,
se meten en el pecho
hasta volverlo cielo y transparencia.

Nombras el agua, niña.
Y el agua brota, no sé dónde,
baña la tierra negra,
reverdece la flor, brilla en las hojas
y en húmedos vapores nos convierte.

No dices nada, niña.
Y nace del silencio
la vida en una ola
de música amarilla;
su dorada marea
nos alza a plenitudes,
nos vuelve a ser nosotros, extraviados.

¡Niña que me levanta y resucita!
¡Ola sin fin, sin límites, eterna!

Octavio Paz 21mzo2014, día de la poesía.



La poesía siempre sedujo mi alma y mi respiración, pero si hubo un libro que cambiará mi perspectiva ante lo que es la poesía es Libertad bajo Palabra de Octavio Paz y que junto con El Arco y la Lira, me han enseñado que la poesía no se escribe como renglones chiquitos. Nace en la palabra, es el manejo de la imagen; el  trabajo que como fino orfebre el poeta hace de cada una de las palabras y sus sonidos, juega con ellos para engarzar un poema, en el cual, cada verso es vital, es un latido, cada verso es insustituible. 

Con estos dos libros aprendí que el trabajo del poeta es un oficio, que cada palabra hay que labrarla, golpearla y, algunas veces, con la rudeza del marro y el yunque para fraguar con ella nuevos sentidos, hacerle surgir nuevas imágenes. Labrar de la palabra lenguas de acero que sobreviven a la llamas y el hielo. En cada poema la palabra se viste de otra piel,adquiere nuevas alas y con ellas surca otros cielos.  

Cuando abrí este blog en el 2011, el propósito inicial era establecer diálogo poético con un poeta que admiro. Lo que nunca imagine es que estas breves entradas, a las que a veces les doy largos silencios, pudieran hacerme recuperar algo que creí perdido tras diez años de no escribir, y que ha sido la fortuna de volver a escuchar esa voz de la que hablaba Góngora, la "voz de la Musa que dicta rimas sonoras al que trabaja y escucha entre la tinta". Y así, este blog, poco a poco, se ha convertido en un espacio en que el espíritu ha ido curando sus propias heridas y las alas, aunque fracturadas, han comenzado a aletear un poco y a pequeños saltos, van recuperando esa capacidad para volar.

Es por esto que el día de hoy que se celebra el día de la poesía, yo quiero compartir con ustedes, este poema: Niña de Octavio Paz que ha sido un fuego abrasador que trastoco mi alma cuando tendría quizá once o trece años y que aún ahora, me conmueve profundamente. Quiero compartirles las palabras de este hombre, cuyas reflexiones de lo que es la poesía y el oficio de la palabra escrita me han guiado en la distancia, ya que sólo soy uno más de sus lectores, nunca me acerqué a él en vida, aunque sí asistí a algunas de sus conferencias.

El día de hoy también quiero agradecer a todos aquellos que tiene a bien seguirme en mi blog y que han hecho con sus lecturas, que cada entrada se convierta en un reto y en una reconstrucción de un espíritu que pensé quebrado para siempre. 

Muchas gracias por leerme, por los comentarios que me hacen, por seguirme e incluso establecer conmigo contacto en redes. Su lectura me anima a seguir escribiendo. 

Feliz día de la primavera y feliz día de la poesía.

Lucía de Luna, L´letraferit, Aitana Lúa.

10 marzo, 2014

Sortilegio del viento






Traducir la transparencia cuando la muerte fue conjurada y los trazos de aquellos latidos fueron desperdigados por el olvido.

Caer, sólo caer, acantilados de un limbo de silencio. Nunca hubo una estrella azul que marcara el rumbo como brújula guiando los trazos de la tinta. No, la escritura fue inmolada en su propio fuego y sangre.

Escribir, como alas que cruzan en desarraigo del cielo. Escribir en el precipicio del olvido, friso de los márgenes de toda caligrafía trazada desde el aliento.

Sí, en el desarraigo, duro dialogar con el silencio en tales abismos...




08 marzo, 2014

Maleta Mexicana III, Gerda Taro, sólo una mirada de mujer...




La patria es el mar que recoge el río de la muchedumbre 
en la que uno va sin marcharse, sin perderse, [...] 
al mismo paso con los vivos, con los muertos.
María Zambrano


¡Qué sola estabas por dentro!



Cuando me asomé a tus labios
un rojo túnel de sangre,
oscuro y triste, se hundía
hasta el final de tu alma.







Cuando penetró mi beso,
su calor y su luz daban
temblores y sobresaltos
a tu carne sorprendida.



Desde entonces los caminos
que conducen a tu alma
no quieres que estén desiertos.





    




¡Cuántas flechas, peces, pájaros,
cuántas caricias y besos!












poema "Beso" de Manuel Altolaguirre


8 mzo. día de la mujer, un humilde homenaje a Gerda Taro, la mujer que capturo con su mirada una memoria de la guerra civil española, un breve homenaje a la mirada femenina que retrato la barbarie.






03 marzo, 2014

La maleta mexicana II, la tinta


Aquí, lejos, muy lejos, sin raíz y sin luna, desarbolado y ciego...


                                                                       Juan Rejano











La tinta emerge, voz que agrieta la memoria en desvanecimiento de la mirada. 








En este páramo no están ni tu rastro ni tu llanto, aquí, sólo hay piedras de infamia que esconden tu verdad, la de los otros, la de todos. 

El lamento sigiloso, asoma entre olvido como breve atisbo, un segundo y tu sonrisa quedó impresa en tinta luz que titila latidos. 

La única revuelta de la que te podían acusar, eran los enormes vuelos que alcanzaste libre para hurgar en el cielo los destinos. Sólo eras culpable por abrir las alas...


Hoy, tu tinta es lo único que nos queda, sólo tu tinta que garabatea imágenes y sueños, esa tinta que pisa el mundo entre los resquebrajamientos del agua y que ninguna bota podrá borrar.