14 febrero, 2012

Páramos del Olvido






La primera baja en la guerra es la verdad, Esquilo.
I.                   Polvo, 26-IV-37

En el polvo la voz queda sepulta, como escenarios de hielo perdido en el vacío de un cielo que ya no abre más sus nubes a la mirada. 

Los páramos del olvido no quedan en ningún sitio pero reptan por todos lados. 

Los páramos son como el animal herido balando por ayuda antes del sacrificio, su grito es un chillido sordo que se estampa como el granizo contra los pavimentos de la indiferencia.

Un instante y el pueblo ya no es más un pueblo, la vida salta y deja sólo llanto como huella de una memoria que jamás será recobrada. 

Un instante y, tras el grito sordo de una muerte que extiende sus alas y devora de un solo bocado a todos por igual, sólo el polvo camina lento. 

Tras su paso el páramo del olvido se establece como un tiempo que nadie mira. 

Los cadáveres son acusados como suicidas de su propio miedo, acusan a sus propios llantos de ser la llama que devoro las miradas.

“Es la casta militar que en su deambular desata océanos de dolor y muerte bajo sus pisadas” (dijo Picasso)

Y el grito seco continua sus trazos donde madura la muerte. 


Hay un momento en que la indiferencia hacer nacer desiertos de los vergeles. 

Hay un instante en que la gente sólo tira la conciencia por la alcantarilla y abraza las murallas derruidas, danza en el moho y se sienta en las gárgolas de la ignominia... Así es la gente, dicen, ya ves como es la gente... eso dice el silencio con mirada pícara, testigo fidedigno que lo ha visto todo pero no pronuncia palabra alguna.

Toda cizaña es absurda, es como el zumbido de insectos que devoran la hierba y con ella, el aliento de la tierra queda como expiación de los suspiros.

 Hay páramos donde se marchitan las estrellas, sólo la niebla con su manto lo acalla todo, enceguece el oído, opaca todo sabor de llanto.

Y los lirios baten sus diminutas alas intentando escapar inútilmente del pantano.

Está prohibido el sonido de las campanas, los rosarios de llantos en las calles. 

Aquí fue la fiesta brava de balas. 

Está prohibida la mirada, en este páramo, sólo los lobos aúllan y dejan por instantes que un poco de luz deambule y vaya enterrando en eternidad las orlas del mar. 

Aquí la oscuridad no debe ser disipada, y la bestia asecha como minotauro para devorar todo rastro de vida o razón.

Las pesadillas son quiebres en el tiempo, ¿aún tocas la fragmentación de aquellos sueños?

No hay espada empuñada que derrote la guadaña, la flor quiebra el filo y su venganza. 


Un corcel que navego el mausoleo ahora es un diminuto grito sordo en voz de la tinta blanca y negra sin espacio para grises. 

Y el suplicio con su niño en brazos es fulgor de las lágrimas que oxidan toda flaqueza.

¿Cuántos son los condenados allá abajo?

 A las siete cuarenta y cinco, el vacío ha caído en su propio abismo. 


La guerra en cualquier tiempo es sofisma de la barbarie, es emanación de la locura creando torbellinos de tristeza que agusanan los hechizos y pudren los sueños.


























II.                   Piedad sin tiempo.




Marmolina sombra perdida en el olvido...

Hurtados los latidos sólo hay que intentar retener el último suspiro...

¿Qué es el vacío del tiempo ante los llantos eternos?

¿Cuándo emerge la piedad?

No importa el tiempo, éstas son las mismas eternas cascadas de sangre
que cargamos en la sombra del tiempo y la historia.

Ni Dios, ni héroe, ni niño tienen salvación alguna ante el odio.

La mujer eterna encarna el dolor secreto, llanto oculto tras el velo.

En todo mundo, en todo tiempo las armas despeñan a la razón.

Y el hijo de Héctor aún cae, su cabeza ya sin gritos revienta entre las rocas.

Toda ira empuña diestramente su espada de veneno y escupe muerte en sus palabras.

Misericordia mancillada...

La abominación entre risas es juego de conquistadores devorando toda humanidad, destrozando todo sentido.

Y así, despeñadas las palabras, ¡la crueldad embiste!








©Lucía de Luna


8 comentarios:

  1. Simplemente me gusta, por la forma de escribir. Fiel reflejo de la crudeza que sigue existiendo en este mundo

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  2. Gracias por tus palabras, estoy buscando vetas de escritura. Creo que las écfrasis pueden dar caminos interesantes.
    Un abrazo.

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  3. De la guerra.. qué palabras podrían trazarse que le dierán algún sentido a la barbarie y sus venenos.

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    Respuestas
    1. Imposible encontrar sentido en la barbarie. Pueden vestirla de patriotismo, de religión o de ideología.
      Pero la barbarie no puede camuflarse. Porque los mil gestos del dolor que causa, denuncian su presencia, clamando de tal forma, que es imposble no verlos.

      Polvo. Piedad.
      Como astas desbocadas..."La crueldad embiste"

      Me ha encantado leerte.

      Un abrazo.

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    2. Gracias por tus palabras Albada. Un beso

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  4. A las nueve cero cinco, el vacía afirma que los abismos no existen.
    Impresionante blog. Un abrazo.

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  5. Buena tu prosa; interesantes inquietudes que hacen reflexionar.

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